La mujer que yo simplemente amo;
Tiene la inocencia de una niña,
Su bella sonrisa que a lo lejos brilla
Con su mirada tierna y tímida.
Tiene la palabra de una doncella...
Cómo fuego en la que uno se quema;
Pero cuando ama lo estremece todo,
En unas aventuras ardientes pasajeras.
La mujer que yo simplemente amo;
Ella es producto de mi tentación,
¡Una nota más en mis canción!...
Un éxtasis: locura de la imaginación.
Que marca el fin de todo mi amor;
Más que un sueño una ilusión...
Me toma en sus brazos apasionados
Cómo un juego en su nido de amor.
La mujer que yo simplemente amo;
Es como un Dios cegador...
Caliente de besar su cuerpo en silencio
Y retornar entre los sueños vivos,
¡Que formamos entre ella y yo!...
Tiene la elegancia de mil mujeres...
Que se juntan para gobernar mundos,
Mi alma debajo de sus pies de seda:
Y por su amor estoy loco y moribundo.