Se rumoran en la esquina y en la vuelta,
Un chisme horrible y vagabundo,
La muerte de un joven poeta...
Quizás tomado como loco en sus dominios.
Se dice que por un amor prohibido...
Lo llevó a tomar la fatal desición,
Y quizás en dejar sus palabras legendarias
Al borde, de las tristes penas del corazón.
De sangrienta pupilas de almas pasajeras,
Quien fundó su vida y arrebato su gloria,
Al triste llamado toca la libertadora...
¡Al melodioso cántico _ de la mensajera!.