Este dolor mío, ya no tiene la importancia,
Sólo es el capricho de una vanidad,
Una bella melodía del consuelo de mi alma,
En una vida de pena y soledad existencial.
Que todo es tan malo, que todo es alegría,
Vivir enamorado y vivir tan lejos de ti,
Que todo se acaba, y que la alegría espera,
Ponerle a mi dolor, un hasta pronto y fin.
Quiero ser feliz, pero adoro mi sufrimiento,
Forma parte de esta exquisita canción,
Por ti amor, haces dulce y tierna mis quejas,
Esta pena mía, hace latir más mi corazón.
No es más el capricho de alguna fragancia,
No es más la sombra de mi vida triste,
Amor mío, mi dolor ya no tiene importancia,
No vale más nada ni en todo lo que existe.
Que mi alma se muere, y después resucita,
Que vuelve a nacer como un bebé feliz,
Después que la amargura me de su acaricia
Y vuelva a contagiarme de un alma infeliz.
Señor, no me importa si no tengo alegrías,
Mi corazón se acostumbro al desamor,
Soy un hombre, que ama toda las penurias,
Y que va reprochando todo contra el amor.