En ti descanso sobre la cruz,
En tus manos pongo el alma mía,
En ti cuyo amparo seré más fuerte
Pues por ti, señor, tengo la vida.
Oh vida!... De nuestra muerte,
Que bien la has resucitado,
Donde el mal no haya su suerte
Donde no somos condenados.
Señor, tú eres la llave de nuestro
Cautiverio,
Eres el camino libertad para la
Vida,
En ti yo confió, tú eres mi santo
Remedio
Eres la felicidad conseguida:
Luz de mi bienvenida.