En esta prisión de mi joven vida,
Donde profetizo la vida con mi canto,
La blanda melodía no turbe tanto
A vivir soñando mi ilusión perdida.
Es una oscura prisión sombría,
Donde el amor es libre a duras penas,
De hacer un canto mis dulces quejas.
Donde está a prueba mi hombría.
¡Cuántas veces con el alma herida,
En vano intente seguir soportando,
En forzada quietud seguir amando...!
Sólo el amor acude para darme vida,
Cuando desesperado voy gritando,
A la voz de su esperanza voy llamando.