Arder como la llama y consumirse,
Haciendo cenizas sobre este dolor,
En una triste desdicha sin su amor
Y de serlo jamás arrepentirse.
Hablar entre las tantas soledades,
Es lo que llaman en el mundo ausencia,
Mantuve en su amor fe y paciencia
En creer sospecha y negar verdades.
Son las ocho y media de un sábado,
Para olvidarse de todo hay un tiempo,
Para llevar acabo contratiempo
Tengo una mujer sentada a mi lado.
Que con su belleza olvidaría todo,
Pero seguiría amando con fe perdida,
Y probablemente sería para la vida
Pero es mejor seguir amando solo.