Chau.
Ya hice mi equipaje, chau.
Cobija, tabaco y lata.
Turbio cotorrito de dos por uno, chau.
Ya vendrá vendré a ocuparte alguno trayendo embolsada una esperanza. Chau.
Arañará arañaré la inicial en el muro, y algún día como hoy, de apuro, también el –yo– cotorrito, chau.
Otro charquito de perro nos espera:
La vida es vida, cotorrito, hasta inmunda. Chau.
Chau, cotorrito...
¡Que Dios te hunda!