Hoy de nuevo apenas soy yo misma.
Sucede una y otra vez.
Como si caído del cielo.
Fluye por mí
como la ola azul.
Hojas verdes - lo crean o no -
han una o dos veces
emergido de las puntas de mis dedos
en algún lugar
profundo del bosque,
en la toma insensata de la primavera.
Aunque, claro, también conozco ese otro canto,
la dulce pasión de ser sólo uno.
Justo ayer vi a una hormiga cruzar un camino, se esforzaba
entre las agujas caídas del pino.
Y pensé: nunca vivirá otra vida mas que ésta.
Y pensé: si vive esta vida con todas sus fuerzas
¿acaso no es maravillosa y sabia?
Y así fui ascendiendo la milagrosa pirámide de todo
hasta llegar a mí.
Y aun, aun en este bosque del norte, en estos cerros de arena,
he volado desde la otra ventana de mí misma
para ser garza blanca, azul ballena,
zorro rojo, erizo.
¡Ya a veces como el cuerpo de una flor ha sido mi cuerpo!
Ya es a veces mi corazón rojo perico, posado
entre extraños, oscuros árboles, aleteando y gritando.
Translated by Jessica Colom