Defienden las praderas
la verde mar la selva
las alfombras de césped
las hiedras trepadoras
la Amazonia humillada
la sombra de los pinos
coleccionan sus glaucos
desde el verde botella
hasta el verde esmeralda
se atiborran de tréboles
cultivan la esperanza
y particularmente
espían a muchachas
tiernas y de ojos verdes
después de todo y pese a todo
los viejos verdes son los únicos
ardientemente ecologistas.