Tenés tal maña, tal arte
y un suspiro tan discreto
que podría revelarte
mi secreto.
Usás tan suaves maneras,
la sonrisa tan gustosa,
que podés pedir, de veras,
cualquier cosa.
Hacés gestos tan humanos
y tan dóciles al ruego
que por vos ponen las manos
en el fuego.
Sos de marca vieja y sabia
sos ligera en el encargo,
sos simpática de labia.
Sin embargo
sos tan sólo tus despojos.
Que no fuiste tan astuta
como para arriar tus ojos
de falluta.