#SigloXX #SigloXXI #Uruguayos #1989 #DespistesYFranquezas
Cuando Jesús arrojó del templo a los estupefactos mercaderes los defenestrados juraron vengarse durante casi dos milenios se reuni… en Roma en París en Wall Street
Cuando volvés a la tarde como a un… y tu mujer te espera linda y ávida y cree en la provincia de tu silen… que hace tiempo vendiste al enemig… cuando volvés de tarde como un pad…
Ayer pasó el pasado lentamente con su vacilación definitiva sabiéndote infeliz y a la deriva con tus dudas selladas en la frent… ayer pasó el pasado por el puente
Estás alicaído, estás dudando, no te alcanzan las pruebas ni las… cada Dónde te ofusca, cada Cuándo… Recorres el confort, las estrechec… que quedaron atrás y es razonable
Arrinconado en mis plegarias buena… e inútiles, soberbio en mis accion… que a nadie arriman ley o quitan p… aislado espectador de mis histrion… histrión yo mismo como un árbol se…
Hay ciudades que son capitales de… y otras que son ciudadelas del asc… hay ciudades que son capitales de… y otras que apenas son escombreras… pero aun sin llegar a esos extremo…
Pavadas que uno inventa en el exilio para de algún modo convencerse de que no se está quedando sin paisaje, sin gente, sin cielo, sin país. Las geografías, qué delirio zonzo. Al menos u...
Ésta debe ser la trigésima despedida. Es un trámite que Fernando Varengo conoce de sobra. Como testigo, claro; no como viajero. Asistir a la normal y apasionada discusión de Migue...
Hay almohadas de pluma hay almohadas de siesta de lana de vientre de muerte
Defender la alegría como una trinc… defenderla del caos y de las pesad… de la ajada miseria y de los miser… de las ausencias breves y las defi… defender la alegría como un atribu…
Prohibidos los silencios y los gri… las minifaldas y los sindicatos artigas y gardel la oreja en radio habana el pelo largo la condena corta
A veces por supuesto usted sonríe y no importa lo linda o lo fea
Sé que el muro es el muro y que el cielo no es cielo sé que me olvido y oigo cómo tañe el olvido sin embargo no puedo
Doblé la esquina y el Papa estaba allí, solo y bostezando, con su atuendo blanquísimo, recostado en la pared de ladrillos. Siempre supe que lo iba a encontrar, pero no pensé que sería t...
De vez en cuando hay que hacer una pausa contemplarse a sí mismo sin la fruición cotidiana examinar el pasado