#SigloXX #SigloXXI #Uruguayos #1986 #PreguntasAlAzar #PróximoPrójimo
Varón urgente hembra repentina no pierdan tiempo quiéranse dejen todo en el beso
Cuando Jesús arrojó del templo a los estupefactos mercaderes los defenestrados juraron vengarse durante casi dos milenios se reuni… en Roma en París en Wall Street
A veces por supuesto usted sonríe y no importa lo linda o lo fea
Cuando esta virgen era prostituta soñaba con casarse y zurcir calcet… pero desde que quiso ser simplemente virgen y consiguió rutinas y marido
Cierro los ojos y no existe el prójimo se terminan la lucha
Padre nuestro que estás en los cie… con las golondrinas y los misiles quiero que vuelvas antes de que ol… como se llega al sur de Río Grand… Padre nuestro que estás en el exil…
Uno llegar e incorporarse al día Dos respirar para subir la cuesta Tres no jugarse en una sola apuest… Cuatro escapar de la melancolía Cinco aprender la nueva geografía
Pero estaba previsto que al afloja… comparecieran suaves los penachos las sombras para asombrar al bando… es imposible estar seguro porque ¿y si resultan pinos o quimeras?
Aquí empieza el descanso. En mi conciencia y en el almanaque junto a mi nombre y cargo en la pl… aquí empieza el descanso. Dos semanas.
Nunca se consideró un exiliado político. Había abandonado su tierra por un extraño impulso que se fraguó en tres etapas. La primera, cuando lo abordaron sucesivamente cuatro mendigos en...
Otra vez estoy solo tan hondamente solo que no siento la ayuda ni el calor
Compañera usted sabe puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo si alguna vez advierte
Mirate así qué cangrejo monstruoso atenazó tu… qué paliza paterna te generó cobar… qué tristes sumisiones te hicieron…
Cuando volvés a la tarde como a un… y tu mujer te espera linda y ávida y cree en la provincia de tu silen… que hace tiempo vendiste al enemig… cuando volvés de tarde como un pad…
A partir de 1980, yo había estado varias veces en Copenhague y siempre había cumplido con el rito de rendir homenaje a la legendaria sirenita de Eriksen. Debo reconocer, sin embargo, qu...