Cuando un toro perdonado
regresa a su ganadería
si el ganadero cantara,
seguro le cantaría:
“Yo bien sabía torillo, yo bien sabía,
que al portarte tan cabal, volverías, volverías.”
Y si los toros cantaran, seguro
que aquel torillo le cantaría:
“No es que el perdón yo pedía
al portarme tan cabal
no es que el perdón yo pedía
es que pensé que tenía
muchas vacas que rondar
en el campo todavía, todavía.”