La tarde se escurecía entre la una y las dos, que viendo que el Sol se muere, se vistió de luto el sol. Tinieblas cubren los aires,

Corría un manso arroyuelo entre dos valles al alba, que sobre prendas de aljófar le prestaban esmeraldas. Las blancas y rojas flores

Dulce Filis, si me esperas, de favor has de ir mudando, que es mucho para burlando, y poco para de veras. Si fías en mis amores,

Sulca del mar de Amor las rubias… barco de Barcelona, y por los bell… lazos navega altivo, aunque por el… tal vez te muestres y tal vez te e… Ya no flechas, Amor, doradas onda…

Cuando las secas encinas, álamos y robles altos, los secos ramillos visten de verdes hojas y ramos; y las fructíferas plantas

Quien supiere, señores, de un pasa… que de Juana a esta parte anda per… duro de cama y roto de vestido, que en lo demás es blando como un… de cejas mal poblado, y de elefant…

¡Con qué artificio tan divino sale… de esa camisa de esmeralda fina, oh rosa celestial alejandrina, coronada de granos orientales! Ya en rubíes te enciendes, ya en c…

¡Oh libertad preciosa, no comparada al oro ni al bien mayor de la espaciosa t… Más rica y más gozosa que el precioso tesoro

Sentado Endimión al pie de Atlant… enamorado de la Luna hermosa, dijo con triste voz y alma celosa: «En tus mudanzas, ¿quién será cons… Ya creces en mi fe, ya estás mengu…

Versos de amor, conceptos esparcid… engendrados del alma en mis cuidad… partos de mis sentidos abrasados, con más dolor que libertad nacidos… expósitos al mundo, en que perdido…

—Pluma, las musas de mi genio auto… versos me piden hoy. ¡Alto, a escr… —Yo sólo escribiré, señor Burguil… éstas que me dictó rimas sonoras. —¿A Góngora me acota a tales hora…

Claro cisne del Betis que, sonoro y grave, ennobleciste el instrumen… más dulce, que ilustró músico acen… bañando en ámbar puro el arco de o… a ti lira, a ti el castalio coro

—Boscán, tarde llegamos —¿Hay pos… —Llamad desde la posta, Garcilaso… —¿Quién es? —Dos caballeros del P… —No hay donde nocturnar palestra a… —No entiendo lo que dice la criada…

Canta Amarilis, y su voz levanta mi alma desde el orbe de la luna a las inteligencias, que ninguna la suya imita con dulzura tanta. De su número luego me trasplanta