Éste de mis entrañas dulce fruto, con vuestra bendición, oh Rey eter… ofrezco humildemente a vuestras ar… que si es de todos el mejor tribut… un puro corazón humilde y tierno,

Rota barquilla mía, que arrojada de tanta envidia y amistad fingida… de mi paciencia por el mar regida con remos de mi pluma y de mi espa… una sin corte y otra mal cortada,

Mi bien nacido de mis propios male… retrato celestial de mi Belisa, que en mudas voces y con dulce ris… mi destierro y consuelo hiciste ig… Ciego, llorando, niña de mis ojos,

«—Ensíllenme el potro rucio del alcaide de los Vélez, denme el adarga de Fez y la jacerina fuerte; una lanza con dos hierros,

Cuando en mis manos, Rey eterno,… y la cándida víctima levanto, de mi atrevida indignidad me espan… y la piedad de vuestro pecho admir… Tal vez el alma con temor retiro,

Serrana celestial de esta montaña, por quien el sol, que sus peñascos… sale más presto a ver la blanca Au… que a la noche venció, que el mund… a quien aquel Pastor santo acompañ…

Si fuera de mi amor verdad el fueg… él caminara a tu divina esfera; pero es cometa que corrió ligera con resplandor que se deshizo lueg… ¡Qué deseoso de tus brazos llego

Érase el mes de más hermosos días, y por quien más los campos entreti… señora, cuando os vi, para que pen… tantas necias de Amor filaterías. Imposibles esperan mis porfías,

Quien supiere, señores, de un pasa… que de Juana a esta parte anda per… duro de cama y roto de vestido, que en lo demás es blando como un… de cejas mal poblado, y de elefant…

En tanto que el hoyo cavan a donde la cruz asienten, en que el Cordero levanten figurado por la sierpe, aquella ropa inconsútil

Versos de amor, conceptos esparcid… engendrados del alma en mis cuidad… partos de mis sentidos abrasados, con más dolor que libertad nacidos… expósitos al mundo, en que perdido…

Gaspar, si enfermo está mi bien, d… que yo tengo de amor el alma enfer… y en esta soledad desierta y yerma… lo que sabéis que paso persuadilde… Y para que el rigor temple, advert…

A mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos. ¡No sé qué tiene la aldea

Corría un manso arroyuelo entre dos valles al alba, que sobre prendas de aljófar le prestaban esmeraldas. Las blancas y rojas flores

Dulce Filis, si me esperas, de favor has de ir mudando, que es mucho para burlando, y poco para de veras. Si fías en mis amores,