Juana de Ibarbourou

Supremo triunfo

Estoy ahora impregnada toda yo, de dulzura.
Desde que me besaste, toda yo, soy amor.
Y en la vida y la muerte, en lecho y sepultura,
Ya no seré otra cosa que amor, amor, amor...
 
En la carne y el alma, en la sombra y los huesos,
Yo no tendré más nunca otro olor ni sabor
Que el sabor y el perfume que he absorbido a tus besos.
(Me has dado una fragancia, tersa y viva, de flor).
 
Hasta el último átomo de mi piel es aroma,
¡Oh mortal podredumbre, te he vencido tal vez!
Eres mi hermano, ¡oh lirio! Eres mi hermana ¡oh, poma!
Desde que él me besara, rosa mi cuerpo es.
Préféré par...
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