Desprende una tristeza aherrojante y extraña
ese lento desfile de entoldadas carretas,
por el ocre camino que cruza la campaña
plana, árida y seca.
Ni un árbol, ni una loma, ni la mancha sombría
de un monte, en derredor.
Las carquejas se enroscan bajo el fuego del día,
implacable, de enero.
¡Parece que el planeta estuviera vacío
y que van a una cita misteriosa y suprema
esas lentas carretas que cruzan el camino
bajo este sol que quema!