Glotona por las moras tempraneras,
Es noche cuando torno a la alquería,
Cansada de ambular, durante el día,
Por la selva en procura de moreras.
Radiante, satisfecha y despeinada,
Con un gajo de aromo en la cabeza,
Parezco una morena satiresa
Por la senda de acacias extraviada.
Mas me asalta el temor ardiente y vivo
De que me sigue un fauno en la penumbra,
Tan cerca que mi oído ya columbra
El eco de su paso fugitivo.
Y huyo corriendo, palpitante y loca
De miedo, pues tan próximo parece,
Que mi gajo de aromos se estremece
Rozado por las barbas de su boca.