Como los alacalufes ya no cazan,
los perros inseparables trabajadores
en la captura de la nutria—participan
de la miseria general. ¡Polícía de aseo
de los excrementos!
No tardan en morir de inanición.
Tristísimo verlos agonizando
en el barro; pelados, descarnados,
despedazados vivos por sus congéneres.
Útiles en la noche, ovíllanse entre sus amos
manteniendo el calor. Toalla en el día,
y, a veces, pañuelo.
Los perros del campamento Edén
participan de la miseria y deterioro
generales.