así fluctuosos, Fortuna aborrida,
tus casos inçiertos semejan, e tales,
que corren por ondas de bienes e males,
faziendo non çierta ninguna corrida.
Pues ya por que vea la tu sinmedida,
la casa me muestra do anda tu rueda,
por que de vista dezir çierto pueda
el modo en que tratas allá nuestra vida.