aquel con quien Júpiter tuvo tal zelo que tanta de parte le fizo del mundo quanta a sí mesmo se fizo del çielo, al gran rey de España, al Çésar novelo; al que con Fortuna es bien fortunado,
Al muy prepotente don Juan el segundo, aquel con quien Júpiter tuvo tal zelo que tanta de parte le fizo del mundo quanta a sí mesmo se fizo del çielo, al gran rey de España, al Çésar novelo;
Tus casos falaçes, Fortuna, cantamos, estados de gentes que giras e trocas, tus grandes discordias, tus firmezas poc… y los que en tu rueda quexosos fallamos; fasta que al tempo de agora vengamos
Tú, Calïope, me sey favorable, dándome alas de don virtuoso; por que discurra por donde non oso, convida mi lengua con algo que fable; levante la Fama su boz inefable,
Como no creo que fuessen menores que los de Africano los fechos del Çid, nin que feroçes menos en la lid entrasen los nuestros que los agenores, las grandes façañas de nuestros señores,
La grant Babilonia, que ovo çercado la madre de Nino de tierra cozida, si ya por el suelo nos es destruida, ¡quánto más presto lo mal fabricado! E si los muros que Febo a travado
Ya, pues, desrama de tus nuevas fuentes en mí tu subsidio, inmortal Apolo; aspira en mi boca por que pueda sólo virtudes e viçios narrar de potentes. A estos mis dichos mostradvos presentes,
Dame liçençia, mudable Fortuna, por tal que blasme de ti como devo: lo que a los sabios non deve ser nuevo innoto a persona podrá ser alguna; pues que tu fecho así contrapugna,
La orden del cielo exemplo te sea: guarda la mucha constançia del Norte; mira el Trión, que ha por deporte ser inconstante, que siempre rodea; e las siete Pleyas que Atlas otea,
¿Pues cómo, Fortuna, regir todas cosas con ley absoluta, sin orden, te plaze? ¡Tú non farías lo qu’el çielo faze, e fazen los tiempos, las plantas e rosas… O muestra tus obras ser siempre dañosas,
Mas bien acatada tu varia mudança, por ley te goviernas, maguer discrepante… ca tu firmeza es non ser constante, tu temperamento es destemperança, tu más çierta orden es desordenança,
Como las nautas que van en poniente fallan en Cádiz la mar sin repunta, Europa por pocas con Libia que junta, quando Boreas se muestra valiente, pero si el Austro comueve al tridente,
así fluctuosos, Fortuna aborrida, tus casos inçiertos semejan, e tales, que corren por ondas de bienes e males, faziendo non çierta ninguna corrida. Pues ya por que vea la tu sinmedida,
Non bien formadas mis bozes serían quando robada sentí mi persona, e llena de furia la madre Belona me toma en su carro que dragos traían, e quando las alas non bien remeçían
Así me soltaron en medio de un plano desque ovieron dado comigo una buelta, como a las vezes el águila suelta la presa que bien nol finche la mano; yo de tal caso mirable, inhumano,
E toda la otra vezina planura estava çercada de nítido muro, así trasparente, clarífico, puro, que mármol de Paro paresçe en albura, tanto qu’el viso de la criatura,
Mas ya porque en otros algunos lugares mi vista, bien antes que yo lo demande, me faze grant cuerpo de cuerpo non grand… quando los medios son especulares, dixe: «Si formas tan mucho dispares
Como el que tiene el espejo delante, maguer que se mire de drecho en drecho, se parte pagado, mas non satisfecho como si viese su mesmo semblante, tal me sentí ya por el semejante,
Estando yo allí con aqueste deseo, abaxa una nuve muy grande y escura; el aire fuscando con mucha presura, me çiega e me ciñe que nada non veo; e ya me temía, fallándome reo,
Mas como tenga miseria liçençia de dar más aguda la contemplaçión, y más e más a aquellos que son privados de toda visiva potençia, comienço ya quanto con más eloquençia
Luego resurgen tamaños clarores que fieren la nuve, dexándola enxuta, en partes pequeñas así resoluta que toda la fazen bolar en vapores; e resta en el medio, cubierta de flores,
Luego del todo ya restituida ovieron mis ojos su virtud primera, ca por la venida de tal mensajera se cobró la parte que estava perdida; e puesto que fuesse así descogida,
Desque sentida la su proporçión de humana forma non ser discrepante, el miedo pospuesto, prosigo adelante en humil estilo tal breve oraçión: «O más que seráfica, clara visión,
Respuso: «Non vengo a la tu presençia de nuevo, mas antes soy en todas partes; segundo te digo que sigo tres artes de donde depende muy grande exçelençia: las cosas presentes ordeno en essençia,
«O prinçipesa e disponedora de gerarchías e todos estados, de pazes e guerras, e suertes e fados, sobre señores muy grande señora, así que tú eres la governadora
»Ya que tamaño plazer se le ofresçe a esta mi vida non meresçedora, suplico tú seas la mi guiadora en esta gran casa que aquí nos paresçe; la qual toda creo que más obedesçe
Respuso: «Mançebo, por trámite recto sigue mi vía, tú, ven, e subçede, mostrart’he yo algo de aquello que puede ser apalpado de humano intellecto; sabrás a lo menos qual es el defecto,
E contra do vido mostrarse la puerta se iva, levándome ya de la mano; notar el entrada me manda temprano, de cómo era grande e a todos abierta. «Mas una cautela yaze encubierta»,
«Angélica imagen, pues tienes poder, dame tal ramo por donde me avises qual dio la Cumea al fijo de Anchises quando al Erebo tentó desçender», le dixe yo e luego le oí responder:
Así razonando, la puerta pasamos, por do confluía tamaño gentío que allí do el ingresso más era vazío unos a otros estorvo nos damos, ca por la cosa que mucho andamos
Como el ferido de aquella saeta que trae consigo la cruel engorra, mientras más tira, por bien que l’acorra… más el retorno lo fiere e aprieta, así mi persona estava subjecta:
Mas la sabia mano de quien me guiava, veyéndome triste e tanto perplexo, ovo por bueno de dar a mi quexo un tal reparo qual yo deseava: es a saber, de priesa tan brava
Mas preguntadme ya de quant aína estó en lo más alto de aquella posada, donde podía ser bien devisada toda la parte terrestre e marina. Febo ya espira, pues, de tu doctrina
Si coplas, o partes, o largas diçiones non bien sonaren d’aquello que fablo, miremos al seso, mas non al vocablo, si sobran los dichos segunt las razones, las quales inclino so las correcçiones
De allí se veía el espérico çentro, e las çinco zonas, con todo el austral, brumal, aquilón e la equinoçial, con la que solstiçia contiene de dentro; e vi contra mí venir al encuentro
La mayor Asia en la zona terçera e tierra de Partia vi entre los ríos Tigris e Indo, de reinos vazíos, mucho espaçiosa cada qual ribera; allí la provinçia de Acursia vi qu’era
E çerca de Éufrates vi los moabitas, e Mesopotamia como se tendía, Arabia e Caldea, do el astronomía primero fallaron, gentes amonitas, y los idumeos e medianitas,
Vi, de Eufratés al Mediterrano, a Palestina e Feniçia la bella, dicha de fénix, que se cría en ella, o quiçá de Fenis, de Cadino hermano, el Líbano monte do nasçe el Jordano,
De parte del austro vi como se llega la terra de Egipto al Rubro Nereo, de Egisto así dicha, padre de Linçeo, la qual cerca Nilo, que toda la riega, do el çielo sereno jamás non se çiega,
Vi, de la parte qu’el noto se ençiende el Cáucaso monte como se levanta con altitud e grandeza tanta que fasta cerca de Europa se tiende, de cuyas faldas combate e ofende
Vi luego los montes Iperboreos, Armenia e Siçia con toda Albanía; aunque, por quanto prolixo sería, dexo más otros rincones de ebreos, de los capadoçes e los amorreos,
En la menor Asia mis ojos tornados vieron aquella Galatia, do fueron las gentes que al rey Bitinio venieron, dando socorros bien galardonados; los campos de Frigia tanto llorados,
Es vi más aquélla que Europa dixeron, de la que robada en la taurina fusta lançó los hermanos por causa tan justa en la demanda que fin non pusieron; e contra Trión luego paresçieron
E vi la provinçia muy generosa que es dicha Gotia, segunt nuestro uso, de allí donde Júpiter alto dispuso, quando al principio formó cada cosa, saliese de tierra tan mucho famosa
Del agua del Tanais contra mediodía fasta Danubio vi Çisia la baxa e toda Alemaña, que es una grant caxa, con los pueblos dacos su tierra muy fría… e fasta los Alpes se ya paresçía
Del Mediterrano fasta la grant mar, de parte del Austro vimos toda Greçia: Chaonia, Molosia, Eladia, Boeçia, Epiro e su fuente, la muy singular, en la qual si fachas queriendo quemar
La grande Tesalia nos fue demostrada, y el Olimpo monte que en ella resede, el qual en altura las nuves exçede, Arcadia Corintio teniendo abraçada; e desde los Alpes vi ser levantada
E vi las tres Galias, conviene a saber, Ludunia, Aquitania, e la de Narbona, que del primer franco que tovo corona en Françia su nombre les quiso bolver; aquésta comiença de proçeder
Vi las provinçias de España e poniente: la de Tarragona, la de Çeltiberia, la menor Cartago que fue la d’Esperia, con los rincones de todo oçidente; mostróse Vandalia, la bien paresçiente,
Vimos allende lo más de Ethiopia, e las provinçias de África todas; las Sirtes d’Amón, do son los tripodas, con lo que confina la tierra de Lopia; Marmárida toda, do es la grant copia
El Catabathmón fue luego patente; la Cirenaica, región de paganos, e toda la tierra de los numidanos, allí do Jugurta se fizo valiente; Pentapolín conosçimos siguiente,
El mar así mesmo se nos representa, con todas las islas en él descubiertas, tan bien de las aguas bivas como muertas… e donde bonança non teme tormenta: Las Estegades vi, nueve por cuenta,
Naxón la redonda se quiso mostrar, Colcos, Ortigia, llamada Delós, de la qual Delio se dixo aquel dios que los poetas suelen invocar; e vimos las islas Eolias estar,
Mostróse Samos e las Baleares, Corçega, Bosis e las Vulcaneas, las Gorgonas, islas de las Meduseas, e otras partidas que son por las mares; vimos a Trinacria con sus tres altares,
Segunt fazen muchos en reino estrangero si alguno vïesse lo que nunca vido, si non lo desdeña e está detenido los otros retratan de tal compañero; ca es reputado por mucho grossero
así retractado e redargüido de mi guiadora sería yo, quando el mundo me vido que andava mirando con ojos y seso allí embeveçido; ca vi que me dixo en son aflegido:
Bolviendo los ojos a do me mandava, vi más adentro muy grandes tres ruedas: las dos eran firmes, inmotas e quedas, mas la de en medio boltar non çesava; e vi que debaxo de todas estava,
aunque la una que non se movía, la gente que en ella avía de ser e la que debaxo esperava caer con túrbido velo su mote cobría; yo que de aquesto muy poco sentía,
La qual me respuso: «Saber te conviene que de tres edades te quiero dezir: passadas, presentes e de por venir; ocupa su rueda cada qual e tiene; las dos que son quedas, la una contiene
»Así que conosçe tú que la terçera contiene las formas e las simulacras de muchas personas profanas e sacras de gente que al mundo será venidera; por ende cubierta de tal velo era