He sido tanta luz como tiniebla,
tanto aguardiente en plena tarde,
como jugo de naranja en desayuno,
tanto cielo sin estrellas,
como mar lleno de barcos.
He jugado solitario con las cartas de mi vida,
y he bailado el mismo tango en cada despedida.
Soy tristeza que sonríe,
amargura que no enferma,
alegría que se oculta,
rabia que se canaliza.
Soy el vinagre con hiel que le ofrecieron a cristo
y la curita que usa el niño pa’ el raspón de su rodilla.
Soy vino que no se añeja,
agua que no es muy clara,
pan sin levadura,
muerte que tiene vida,
hielo que bombea sangre,
fuego que congela,
alma que se dice libre, atada por mil verdades.
Seré el niño sin amigos, el raro del instituto
el anciano sabihondo, el artista independiente,
el que conoce de iglesias tanto como de infiernos,
porque a veces olvida que son sinónimos.
Seré estas ganas de vivir tanto como de morir,
el collar que fue medalla y que será guillotina,
el café de desayuno que terminó en un velorio,
y la historia mal escrita que se convirtió en best seller.
Fui, soy, seré todos los yo que han vivido,
excepto el que olvidó decirme, quién carajos soy.