Ju Puello

El barrio no son cuatro paredes

Jungla de cemento le llamaban ellos,
los enyipetados,
los hijos de “papi y mami”
los que siempre tenían llena la panza,
los que no encarnaban este cuerpo y sus vivencias en un barrio de Santo Domingo.
El barrio era jugar dominó apostando con leche carnation,
era ser marimacho por las canicas con los chicos,
era improvisar aquellas rimas de rap un domingo en la mañana mientras los panas tiraban el beat,
era ir a las fiestas de palo, tocar el pandero en el colmadón de la esquina y como premio tener un plato de sancocho,
era bailar bachata estrujao con la vieja cuca o tirarte los pasitos de merengue con don Victor,
O tal vez parecer pollo en agua hervida por los movimientos a ritmo de dembow,
quizás tomar brugal blanco y jugar villar en el negocio de Alex.
El barrio era andar en bermudas y jugar basket en la cancha improvisada,
colgar los tenis en el alambrado, y tantas otras cosas de las que no tengo memoria.
Ellos resumen el barrio con la vecina chismosa que convierte todo en telenovelas, o en los menores que tiraban pinta cada domingo, o en el bate de yerba que nos pegábamos en una casa en construcción.
Ellos nos llaman brutos,
Malhablados,
Chopos,
Delincuentes,
Escoria,
El barrio también era la patrulla policial llevándose a Ricky porque no tenía cien pesos pa’ comprarle cena a los hombres de gris,
Era ir a comprar café y darte cuenta que subió tres pesos,
Era que te dijeran mongolo y hacer tu mayor esfuerzo por no parecerlo... porque era pecado ser un “pariguayo”
Eran las campañas evangélicas en frente a casa reprendiendo el altar de tu abuela que venera las 21 divisiones, te leía las cartas y ponía ungüentos pa’ la buena suerte.
El barrio era yo, y quizás por eso cuando regresé me sentí como muerto... ya no había menores, ni freestylers, ni canchas improvisadas, ni bailes de bachata, ni club de dominó, ni fiestas de palo y ahora la abuela es evangélica.
No sé si es la adultez, si los tiempos cambian, si es la maldita tecnología o si culpar al gobierno de turno, el caso es que sólo quedan cenizas de lo que fue el barrio y de lo que fui yo en el.

En memoria de mis años de niñez y adolescencia en los barrios de San Cristóbal, Rep.Dom y haciendo alusión al sentimiento de regresar a ese lugar que te vio nacer, después de estar viviendo fuera del país.

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