Israel Rodríguez

La balada del chueco

 
Aprendió a andar entre matorrales,
Techos y huecos del patrullaje,
Se escondía para faltar a clases,
Vivía del otro lado del largo viaje.
 
Se inculcó varias veces en el arte,
De sabotear carteras,
Rebasar las fronteras,
Argumentar querellas.
 
El chueco le decían desde niño,
Zurdo para golpear,
Diestro para amagar,
A la maldita autoridad.
 
Se hizo héroe popular,
Cuando detuvo aquel militar,
Que con fusil en mano,
Intentaba matar.
 
El chueco ya con nombre,
Hogar y cierto cariño,
Vio a la muerte visitar,
A su ventana.
 
Cuando una bala perdida,
Del crimen que dice ser organizado,
Por unas deudas de antaño,
Aniquilaban a solo un muchacho.
 
Y la colonia lloraba,
Perdiendo el habla,
Cuando el policía preguntaba.
Nadie decía absolutamente nada.
 
Nadie sabía que ocurría,
Que violencia abatía,
La dulce noche de rencilla,
La apatía de la luz de vida.
 
El chueco moría,
Con asignatura pendiente,
Ahora sus suelas ya no caminan,
Por el vecindario sin lucha.
 
Y se entona la canción,
La tragedia del chueco,
Que apenas vivió,
Para morder su recuerdo.

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