Tu cabellera tiene más años que mi pena,
¡Pero sus ondas negras aún no han hecho espuma...!
Y tu mirada es buena para quitar la bruma
Y tu palabra es música que el corazón serena.
Tu mano fina y larga de Belkis, me enajena
Como un libro de versos de una elegancia suma;
La magia de tu nombre como una flor perfuma
Y tu brazo es un brazo de lira o de sirena.
Tienes una apacible blancura de camelia,
Ese color tan tuyo que me recuerda a Ofelia
La princesa romántica en el poema inglés;
¡Y un corazón del oro... de la melancolía!
La mano del bohemio permite, amiga mía,
Que arroje algunas flores humildes a tus pies.