Heberto Padilla
El hombre que devora los periódicos de nuestra época
     no está en un circo como los trapecistas o los come
     candela.
Si hace un poco de sol se le puede encontrar en los
     parques nevados o entrando en el Metro, arrastrado
     por sus hábitos de lector.
Es un experto en la credulidad de nuestro tiempo este
     reconcentrado.
La vida pasa en torno a él, no lo perturba, no lo alcanza.
Los pájaros lo sobrevuelan como a la estatua de la
     Plaza de Pushkin.
Habitualmente, los pájaros lo cagan, lo picotean como
     a un tablón flotante.
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