#Andaluces #Españoles #Sevillanos #SigloXIX #RimasYLeyendas
Yo sé cuál el objeto de tus suspiros es; yo conozco la causa de tu dulce secreta languidez. ¿Te ríes?... Algún día
#RimasYLeyendas
Lejos y entre los árboles de la intrincada selva, ¿no ves algo que brilla y llora? Es una estrella. Ya se la ve más próxima,
Espíritu sin nombre, indefinible esencia, yo vivo con la vida sin formas de la idea. Yo nado en el vacío,
¿Será verdad que cuando toca el sueño con sus dedos de rosa nuestros ojos de la cárcel que habita huye el espíritu en vuelo presuroso? ¿Será verdad que, huésped de las nieblas
—¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul, ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú.
Te vi un punto, y, flotando ante mis ojo… la imagen de tus ojos se quedó como la mancha oscura, orlada en fuego, que flota y ciega si se mira al sol. Adondequiera que la vista fijo
Su mano entre mis manos, sus ojos en mis ojos, la amorosa cabeza apoyada en mi hombro. ¡Dios sabe cuántas veces,
Cuando sobre el pecho inclinas la melancólica frente, una azucena tronchada me pareces. Porque al darte la pureza
¿Quieres que de ese néctar delicioso no te amargue la hez? Pues aspírale, acércale a tus labios, y déjale después. ¿Quieres que conservemos una dulce
¡No me admiró tu olvido! Aunque de un d… me admiró tu cariño mucho más, porque lo que hay en mí que vale algo, eso... ¡ni lo pudiste sospechar!
¿A qué me lo decís? Lo sé: es mudable, es altanera y vana y caprichosa; antes que el sentimiento de su alma, brotará el agua de la estéril roca. Sé que en su corazón, nido de sierpes,
Cuando entre la sombra oscura perdida una voz murmura turbando su triste calma, si en el fondo de mi alma la oigo dulce resonar,
Hoy la tierra y los cielos me sonríen; hoy llega al fondo de mi alma el sol; hoy la he visto..., la he visto y me ha… ¡Hoy creo en Dios!
No sé lo que he soñado en la noche pasada; triste, muy triste, debió ser el sueño pues despierto la angustia me duraba. Noté, al incorporarme,
Dejé la luz a un lado, y en el borde de la revuelta cama me senté, mudo, sombrío, la pupila inmóvil clavada en la pared. ¿Qué tiempo estuve así? No sé; al dejar…