José Ramón Cantaliso, ¡canta liso!, canta liso, José Ramón. Duro espinazo insumiso: por eso es que canta liso

Bajo el hambriento sol (God save the King) negra de bata blanca cantando una canción. (God save the King.)

¡Ay, negra, si tú supiera! Anoche te bi pasá y no quise que me biera. A é tú le hará como a mí,

En el acuario del Gran Zoo, nada el Caribe. Este animal marítimo y enigmático tiene una cresta de cristal,

No porque hayas caído tu luz es menos alta. Un caballo de fuego sostiene tu escultura guerrillera entre el viento y las nubes de la…

En los dientes, la mañana, y la noche en el pellejo. ¿Quién será, quién no será? —El negro. Con ser hembra y no ser bella,

Quemaste la madrugada con fuego de tu guitarra: zumo de caña en la jícara de tu carne prieta y viva, bajo luna muerta y blanca.

¡Ay, de la Muerte no sé de qué color va vestida y no sé si lo sabré! ¿Mano en el hueso y guadaña, curva guadaña huida,

Este chancho en jamón, casi terner… anca descomunal, a verte vino y a darte su romántico tocino gloria de frigorífico y salmuera Quiera Dios, quiera Dios, quiera…

¡Qué de cosas lejanas aún tan cerca, mas ya definitiva— mente muertas! La autoridad de voz abrupta

El árbol que verdece a cada primavera, no es más feliz que yo, de nuevo verdiflor. Las amarillas hojas

Este es el hambre. Un animal todo colmillo y ojo. Nadie le engaña ni distrae. No se harta en una mesa. No se contenta

Por el Mar de las Antillas (que también Caribe llaman) batida por olas duras y ornada de espumas blandas, bajo el sol que la persigue