Iba yo por un camino
cuando con la muerte di.
—¡Amigo!—gritó la muerte,
pero no le respondí,
pero no le respondí;
miré no más a la Muerte,
pero no le respondí.
Llevaba yo un lirio blanco,
cuando con la Muerte di.
Me pidió el lirio la muerte,
pero no le respondí,
pero no le respondí;
miré no más a la Muerte,
pero no le respondí.
Ay, Muerte,
si otra vez volviera a verte,
iba a platicar contigo como un amigo;
mi lirio, sobre tu pecho,
como un amigo;
mi beso, sobre tu mano,
como un amigo;
yo, detenido y sonriente,
como un amigo.