En este occidental, en este, oh Licio,
climatérico lustro de tu vida,
todo mal afirmado pie es caída,
toda fácil caída es precipicio.
¿Caduca el paso? Ilústrese el jüicio.
Desatándose va la tierra unida;
¿qué prudencia del polvo prevenida
la rüina aguardó del edificio?
La piel, no sólo, sierpe venenosa,
mas con la piel los años se desnuda,
y el hombre, no. ¡Ciego discurso humano!
¡Oh aquel dichoso, que la ponderosa
porción depuesta en una piedra muda,
la leve da al zafiro soberano!