Este a Pomona, cuando ya no sea
Edificio al silencio dedicado,
Que si el cristal le rompe desatado,
Süave el ruiseñor le lisonjea,
Dulce es refugio, donde se pasea
La quïetud, y donde otro cuidado
Despedido, si no digo burlado,
De los términos huye desta aldea.
Aquí la Primavera ofrece flores
Al gran pastor de pueblos, que enriquece
De luz a España y gloria a los Venegas.
¡Oh peregrino, tú, cualquier que llegas,
Paga en admiración las que te ofrece
El huerto frutas y el jardín olores!