(1581)
#EscritoresEspañoles #Letrillas #Romances
El Conde mi señor se va a Napoles… Con el gran Duque. Príncipes, a… De acémilas de haya no me fío, Fanales sean sus ojos o faroles. Los más carirredondos girasoles
No enfrene tu gallardo pensamiento Del animoso joven mal logrado El loco fin, de cuyo vuelo osado Fue ilustre tumba el húmido elemen… Las dulces alas tiende al blando v…
Los rayos le cuenta al Sol con un peine de marfil la bella Jacinta, un día que por mi dicha la vi en la verde orilla
Anacreonte español, no hay quien o… Que no diga con mucha cortesía, Que ya que vuestros pies son de el… Que vuestras suavidades son de arr… ¿No imitaréis al terenciano Lope,
Pender de un leño, traspasado el p… Y de espinas clavadas ambas sienes… Dar tus mortales penas en rehenes De nuestra gloria, bien fue heroic… Pero más fue nacer en tanto estrec…
Restituye a tu mundo horror divino… Amiga Soledad, el pie sagrado, Que captiva lisonja es del poblado En hierros breves pájaro ladino. Prudente cónsul, de las selvas din…
La Aurora de azahares coronada, Sus lágrimas partió con vuestra bo… Ni de las peregrinaciones rota, Ni de sus conductores esquilmada. De sus risueños ojos desatada,
Amarrado al duro banco De una galera turquesca, Ambas manos en el remo Y ambos ojos en la tierra, Un forzado de Dragut
Salí, señor don Pedro, esta mañan… A ver un toro que en un Nacimient… Con mi mula estuviera más contento Que alborotando a Córdoba la llan… Romper la tierra he visto en su ab…
Estas que me dictó, rimas sonoras, Culta sí aunque bucólica Talía, Oh excelso Conde, en las purpúrea… Que es rosas la alba y rosicler el… Ahora que de luz tu niebla doras,
Tonante monseñor, ¿de cuándo acá Fulminas jovenetos? Yo no sé Cuánta pluma ensillaste para el qu… Sirviéndote la copa aún hoy está. El garzón frigio, a quien de bello…
Por tu vida, Lopillo, que me borr… Las diez y nueve torres del escudo… Porque, aunque todas son de viento… Que tengas viento para tantas torr… ¡Válgame los de Arcadia! ¿No te c…
En tenebrosa noche, en mar airado Al través diera un marinero ciego, De dulce voz y de homicida ruego, De sirena mortal lisonjeado, Si el fervoroso celador cuidado
Cierto poeta, en forma peregrina cuanto devota, se metió a romero, con quien pudiera bien todo barber… lavar la más llagada disciplina. Era su benditísima esclavina,
¡Ayer deidad humana, hoy poca tier… Aras ayer, hoy túmulo, oh mortales… Plumas, aunque de águilas reales, Plumas son; quien lo ignora, mucho… Los huesos que hoy este sepulcro e…