Luis de Góngora

A nuestra señora de Atocha, por la salud del rey don Felipe III

En vez, Señora, del cristal luciente,
Licores nabateos espirante,
Los faroles, ya luces de Levante,
Las banderas, ya sombras de Occidente.
 
Las fuerzas litorales, que a la frente
Eran de África gémino diamante,
Tanto disimulado al fin turbante
Con generosidad expulsó ardiente,
 
Votos de España son, que hoy os consagra
Sufragios de Filipo: a cuya vida
Aun los siglos del Fénix sean segundos.
 
Fiebre, pues, tantas veces repetida
Perdone al que es católica bisagra,
Para más gloria vuestra, de ambos mundos.
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