Yo como Tú comes El come Nosotros comemos Vosotros coméis

La esperanza me desespera; desesperada espero todavía, de una noche yo no puedo hacer un… disfrazar la manzana en una pera. Lo difícil me atrae, es mi bandera…

El camello se pinchó con un cardo del camino y el mecánico Melchor le dio vino. Baltasar

El dolor envejece más que el tiemp… este dolor dolor que no se acaba, y que te duele todo todo todo sin dolerte en el cuerpo nada nada… A tantos días de dolor se muere un…

Cristales de tu ausencia acribilla… que se esparce en la noche por el glacial desierto de mi alco… —Yo quisiera ser ángel y soy loba—… Yo quisiera ser luminosamente tuya

Sobre el césped los árboles me hab… del divino poema del silencio. La noche me sorprende sin sonrisas… revolviendo en mi alma los recuerd…

Invade el mundo un ¡ay! un ay atroz, y siempre el ¡ay! del ¡ay! es ley… el ¡ay! porque no hay. El ¡ay de mí!

Kikirikí, estoy aquí, decía el gallo Colibrí. El gallo Colibrí

Mirad mi continente contenido brazos, piernas y tronco inmesurad… pequeños son mis pies, chicas mis… hondos mis ojos, bastante bien mis… Tengo un lago debajo de la frente,

Qué amor más sano había entre el ciervo y aquella gacelill… Se encontraban al alba junto al la… se corrían saltando todo el día. Su amor fue como el agua del arroy…

Duérmete, mi gata Chundarata, se han dormido los juguetes y tú sigues dando la lata. Duérmete, que es la una. Duérmete, mi cascabel

Una y una, dos. Dos y una, seis. El pobre burrito contaba al revés. ¡No lo sabe!

¡Qué barullo en la herida!... ¡Qué suerte si esto que siento fue… y se me quitara bebiendo un vaso d… Es entonces cuando llueve tristeza para ahogar en mi boca

Aunque no nos muriéramos al morirn… le va bien a ese trance la palabra… Muerte es que no nos miren los que… muerte es quedarse solo, mudo y qu… y no poder gritar que sigues vivo.

Eres tan cursi hija que no hay por dónde cogerte. Hasta en febrero cuando estás desn… adornada de odas y vergeles no dig… Primavera,