#Españoles #SigloXX
Cuéntame cómo vives; dime sencillamente cómo pasan tus… tus lentísimos odios, tus pólvoras… y las confusas olas que te llevan… en la cambiante espuma de un blanc…
EL enjambre del pueblo. La explos… La luz organizada de las guerrilla… Tu ejemplo está estampando miles d… La columna vertebral de tu Améric… Vamos a convertir el odio en energ…
Con cambiarte de traje, te cambio… (No adivinas mi angustia. No sé c… Si te revuelvo el pelo tú ríes loc… mientras a mí me duele sentirte ta… Tanto puedo variarte que no sé ya…
Amanece inundando. Los pájaros cantores cierran los circuitos eléctricos d… ¡Es la belleza, es la vida! La cabeza se enciende como una bom…
Más allá del pecado, indecible, te adoro, y al buscar mis palabras sólo encuentro unos besos. En el pecho, en la nuca,
Y la noche se eleva como música en… y las estrellas brillan temblando… y el frío, el claro frío, el gran frío del mundo, la poca realidad de cuanto veo y t…
Nosotros somos quien somos. ¡Basta de Historia y de cuentos! ¡Allá los muertos! Que entierren… Ni vivimos del pasado, ni damos cuerda al recuerdo.
Amigo Blas de Otero: Porque sé q… y porque el mundo existe, y yo tam… porque tú y yo y el mundo nos esta… gastando nuestras vueltas como qui… quiero hablarte y hablarme, dejar…
Rubio, fuerte, manso, triste sin melancolía como el mediodía, lento como la tierra, toscas las manos que parten
Educar es lo mismo que poner motor a una barca… hay que medir, pesar, equilibrar… …y poner todo en marcha. Para eso, uno tiene que llevar en…
Son tus pechos pequeños, son tus ojos confusos, lo que no tiene nombre y no comprendo, adoro. Son tus muslos largos
¡Y tanto, y tanto te amo que mis palabras mueren en un rumor de besos sin descanso! ¡Y tanto todavía que mis manos no te hallan al tocarte!
Tus gritos y mis gritos en el alba… Nuestros blancos caballos corriend… con un polvo de luz sobre la playa… Tus labios y mis labios de salitre… Nuestras rubias cabezas desmayadas…
La vida es tan sencilla que se exp… se basta a sí misma. ¡Mira! Todo está hecho. Todo está… Nos basta aceptar o quizá —somos humanos—alabar
En el paisaje oscuro oigo tu voz, tu voz, tu larga voz de espesas caricias resbaladas, mojadas y olorosas.