Un verano,
un beso robado
en el silencio de la noche.
Las palabras no llegaron,
se quedaron,
ahí,
en la orilla de lo no dicho.
El tiempo pasó,
y todo lo que quedó
fue un eco,
una sombra.
Nunca supe cómo decirlo,
no entonces,
y ahora...
quizá ya no haya forma.
Pero te debo algo,
y el aire
me lo recuerda
cada vez que calla.