Xanti - Bré

La Vendimia

 
Cuando’l sol s’alcancía por la loma,
ya ta to er mundo en la viña.
Los cestos, los corchos, las navajas gastás,
y la gente con la risa pronta,
pero los riñones ya tiritando.
 
La uva ye dulce, morá como sangre buena,
y el olor se mete en las tripas,
como si fuera promesa de invierno más llevadero.
Las manos se manchan y no importa,
porque el zumu saca el cansancio de la boca.
 
Los mozos cantan,
las zagalas se mueven con gracia,
el vino ya corre antes de tiempo,
y parece que la tierra ríe tamién.
 
“¡Ay! vendimia bendita,
que das pan y alegría,
aunque acabes con la vida
de la pobre espalda mía...”
 
Pero no todo ye canto,
que hay quien s’queda doblao y sudando,
con las uñas rotas y los músculos gritando.
Que la cepa no perdona,
y el patrón—que solo viene a mirá—
quiere los cestos llenos,
aunque s’escurran los dedos de tanto cortá.
 
Las criaturas corren entre las hileras,
juegan, se manchan, ríen con boca roja,
sin saber que el mundo que pisan
ta regao de fatiga y jornal escaso.
 
Y la comida, sentaos en corro,
ye pobre: tortilla, mendrugu y pitarra.
Pero sabe a gloria,
porque la alegría en la vendimia
no ye de lujo ni descanso,
ye de estar vivos, de sentil el sol en la cara,
de sabé que’l fruto nun se ha perdíu.
 
Por la tarde, ya con la sombra bajando,
las gargantas raspan,
las piernas tiemblan,
pero aún hay quien canta y baila
mientras las cubas se llenan.
 
Y al anochecer,
con la luna asomando
y los grillos saludando desde los ribazos,
la Dolores saca la zambomba,
y el Ceferino da palmas con los zuecos.
 
“¡Qué vendimia, madre,
qué sudor tan dulce!
¡Si la viña hablara,
nos diría que llora y ríe al mesmu tiempo!”
 
Y en la bodega, el mostu empieza a fermentar,
como fermenta la pena en el corazón del pobre:
callá,
pero viva.

Este poema captura de manera vibrante y conmovedora la fuerza de la vendimia como una de las tradiciones más profundas y fundamentales de la vida rural. A través de una serie de imágenes sensoriales y emocionales, el autor resalta la dualidad de la experiencia de la cosecha: la alegría del trabajo colectivo y el sacrificio físico que conlleva, todo en un contexto de pobreza y dificultades económicas. Aquí se fusionan la lucha por la supervivencia y la celebración de la vida, mostrando cómo el esfuerzo constante está entrelazado con la esperanza de un futuro más llevadero.

1. El Inicio del Día en la Viña
Desde el primer verso, el poema establece un ritmo marcado por la labor del campo. La imagen de “el sol alcanzando la loma” implica el inicio de un nuevo día, y “ya está todo el mundo en la viña” subraya el trabajo colectivo que define la vida en el campo. Aunque la gente ríe y hay música, ya se menciona que “los riñones tiritan”, lo que da a entender que la tarea, aunque llena de momentos de alegría, también es exigente físicamente.

La uva se describe como “dulce, morá como sangre buena”, una metáfora que no solo habla del sabor, sino que también la asocia con lo vital, lo esencial para la supervivencia. La uva, en este contexto, es alimento y esperanza, una promesa de que el invierno será más llevadero si el trabajo de la vendimia es bien realizado.

2. El Trabajo Duro y el Esfuerzo
A medida que avanza el poema, se nos recuerda que la vendimia no es solo diversión y que no todos disfrutan igual del proceso. “No todo es canto”, dice el poema, y muestra el otro lado de la historia: el sacrificio físico. “Quien se queda doblado y sudando”, con “las uñas rotas” y “los músculos gritando”, expresa el dolor físico que conlleva el trabajo en el campo. La cepa no perdona; las uvas no se cosechan fácilmente, y aunque la gente se esfuerza, el patrón solo aparece para mirar, esperando los cestos llenos sin importar las consecuencias para los que lo hacen.

Esta contradicción refleja la lucha de clases que subyace en muchas tradiciones rurales: el patrón quiere más, mientras los obreros y las obreras luchan por sobrevivir, enfrentándose a los rigores del trabajo en un contexto de esfuerzo extremo.

3. El Gozo en el Trabajo y la Comunidad
Sin embargo, hay momentos de gozo en la vendimia. A pesar del esfuerzo físico, las personas se sienten vivas y conectadas a la tierra y a los demás. Las criaturas corren, juegan, se manchan y se ríen, inconscientes de las dificultades que conlleva la vida en el campo, pero también disfrutando del presente. Aquí se muestra cómo, en medio de la pobreza, la gente puede encontrar alegría en lo sencillo: “tortilla, mendrugo y pitarra”, alimentos humildes, pero que saben a gloria porque son parte de una vida compartida y llena de trabajo colectivo.

El sol en la cara, el fruto que no se ha perdido, son símbolos de la satisfacción de un trabajo bien hecho, de la esperanza de que la cosecha será suficiente para afrontar los próximos meses.

4. La Celebración de la Vendimia
En la tarde, cuando la sombra baja, el cansancio se hace presente, pero aún así, hay quienes cantan y bailan. La música y la danza, como la presencia de la zambomba y las palmas, son el contrapunto perfecto al esfuerzo físico y la dureza de la jornada. Estas celebraciones nos muestran cómo el trabajo duro no está reñido con la alegría, sino que, en muchas ocasiones, se alimentan mutuamente.

La vendimia se convierte en una especie de rito colectivo en el que, a pesar del agotamiento, la gente se une en torno al trabajo y la fiesta. La imagen de la viña que parece reír junto a los hombres y mujeres que la cultivan también evoca una visión casi mística de la tierra como un ser vivo, que interactúa con las personas que trabajan en ella.

5. La Metáfora del Mosto y la Pena
El mosto fermentando en la bodega es una de las imágenes más poderosas del poema, pues no solo está relacionado con la producción de vino, sino también con las emociones que se cocinan a fuego lento. El mosto es un símbolo de la pena del pueblo, esa pena que calla, pero que sigue viva en el corazón de las personas. La fermentación, en este sentido, es una metáfora de la angustia, de una lucha constante, donde el dolor está presente, pero no se exterioriza, sino que se vive en silencio.

Esta última imagen muestra cómo la pobreza y el sacrificio están entrelazados con la existencia humana, creando una especie de contradicción emocional: la pena que no se muestra pero que fermenta en lo profundo, igual que el mosto que poco a poco se convierte en vino. En este sentido, el dolor de la vida es transformado y aceptado como parte del ciclo.

6. Temas Principales
Trabajo y Sacrificio: La vendimia es el eje en torno al cual gira la historia, simbolizando tanto la dificultad como la alegría del trabajo en el campo. La repetición de imágenes de cansancio, dolor y esfuerzo físico muestra que el trabajo es arduo, pero también significativo.

Solidaridad y Comunidad: A pesar de las dificultades, hay una fuerte sensación de comunidad. El trabajo en conjunto, las celebraciones y las comidas compartidas resaltan la importancia de la solidaridad y la vida comunitaria.

Pobreza y Esperanza: A lo largo del poema se da una visión clara de la vida de los trabajadores del campo, quienes, aunque pobres y explotados, encuentran momentos de gozo y esperanza en el trabajo colectivo y en la cosecha que les permitirá sobrevivir al invierno.

Conclusión:
Este poema es una celebración de la vida rural en su forma más cruda y auténtica. Aunque el trabajo en el campo está marcado por la dificultad física y la explotación, el poema también muestra la resiliencia de las personas que lo realizan. La vendimia se convierte en una metáfora de la vida misma: llena de sacrificio, pero también de momentos de gozo, solidaridad y esperanza. En su conjunto, el poema reflexiona sobre cómo, a pesar de las condiciones difíciles, las personas siguen adelante, transformando el dolor en vida, igual que el mosto se transforma en vino.

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