El tiempo se disuelve
como niebla en un instante,
tus ojos, tu mirada serena,
tus palabras que se hunden en el corazón,
me hacen temblar,
y dentro de mí, en lo profundo,
todo se deshace, como polvo al viento.
Vago sin rumbo, perdido y extraviado,
prisionero de tus encantos,
y sin embargo, casi impotente,
con dificultad consigo dar un paso,
como si mi camino estuviera velado
por la sombra de tu eterno encanto.