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La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
Antonio Torres Heredia, hijo y nieto de Camborios, con una vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros. Moreno de verde luna
Cantan los niños En la noche quieta: ¡Arroyo claro, Fuente serena! LOS NIÑOS
¡Viva Sevilla! Llevan las sevillanas en la mantilla un letrero que dice: ¡Viva Sevilla!
Sábado. Puerta de jardín. Domingo. Día gris. Gris.
El cielo nublado pone mis ojos blancos. Yo, para darles vida, les acerco una flor amarilla.
Vi en tus ojos dos arbolitos locos. De brisa, de brisa y de oro. Se meneaban. No quise.
La piedra es una frente donde los… sin tener agua curva ni cipreses h… La piedra es una espalda para llev… con árboles de lágrimas y cintas y… Yo he visto lluvias grises hacia l…
¿Cómo fue? —Una grieta en la mejilla. ¡Eso es todo! Una uña que aprieta el tallo. Un alfiler que bucea
En la luna negra de los bandoleros, cantan las espuelas. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto?
Y que yo me la llevé al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido. Fue la noche de Santiago y casi por compromiso.
Entre italiano y flamenco, ¿cómo cantaría aquel Silverio? La densa miel de Italia
¡Mi soledad sin descanso! Ojos chicos de mi cuerpo y grandes de mi caballo, no se cierran por la noche ni miran al otro lado,
Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables. Cuando sale la luna,
Por una vereda venía Don Pedro. ¡Ay cómo lloraba el caballero! Montado en un ágil