Sobre el monte pelado un calvario. Agua clara y olivos centenarios. Por las callejas

Mamá, yo quiero ser de plata. Hijo, tendrás mucho frío. Mamá.

Ay voz secreta del amor oscuro ¡ay balido sin lanas! ¡ay herida! ¡ay aguja de hiel, camelia hundida! ¡ay corriente sin mar, ciudad sin muro! ¡Ay noche inmensa de perfil seguro,

Arbolé, arbolé seco y verdé. La niña del bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres,

Antonio Torres Heredia, hijo y nieto de Camborios, con una vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros. Moreno de verde luna

¿Cómo fue? —Una grieta en la mejilla. ¡Eso es todo! Una uña que aprieta el tallo. Un alfiler que bucea

La lluvia tiene un vago secreto de ternu… algo de soñolencia resignada y amable, una música humilde se despierta con ella que hace vibrar el alma dormida del pais… Es un besar azul que recibe la Tierra,

Suben por la calle los cuatro galanes. Ay, ay, ay, ay. Por la calle abajo van los tres galanes.

Cristo moreno pasa de lirio de Judea a clavel de España. ¡Miradlo por dónde viene!

Mi sombra va silenciosa por el agua de la acecia. Por mi sombra están las ranas privadas de las estrellas. La sombra manda a mi cuerpo

Me he perdido muchas veces por el mar con el oído lleno de flores recién corta… Con la lengua llena de amor y de agonía muchas veces me he perdido por el mar, como me pierdo en el corazón de algunos…

Los caballos negros son. Las herraduras son negras. Sobre las capas relucen manchas de tinta y de cera. Tienen, por eso no lloran,

Tierra seca, tierra quieta de noches inmensas. (Viento en el olivar,

Antonio Torres Heredia, hijo y nieto de Camborios, con una vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros. Moreno de verde luna