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Esteban Borrero

Médico, pedagogo, poeta, narrador y mambí. Importante figura de las letras en Cuba en el período de transición del siglo XIX al XX.

Médico, pedagogo, poeta, narrador y mambí. Importante figura de las letras en Cuba en el período de transición del siglo XIX al XX.

Hijo del educador Esteban de Jesús y padre de las poetisas Juana, Dulce María y Ana María, fue un intelectual que desplegó un talento excepcional tanto como hombre de ciencias y de letras. Se educó y ejerció como maestro desde los 11 años de edad en una escuela fundada por su madre en Camagüey, su ciudad natal. Luego, se acreditó como profesor de Instrucción Primaria en Puerto Príncipe y, en 1863, se colocó como ayudante delineador en la Comandancia de ingenieros de su ciudad natal. Su vocación pedagógica lo llevó a abrir una academia para adultos y, al estallar la Guerra del 68, partió hacia la manigua con sus discípulos. En campaña, fundó dos escuelas y sirvió en las armas hasta llegar a ser jefe de servicio de avanzada, capitán y más tarde coronel. En la contienda, Borrero cayó prisionero, sufrió grandes penalidades hasta la Paz del Zanjón y, después de la guerra, se ganó la vida como zapatero y panadero.

En la capital, donde arribó luego de ser declarado sospechoso por las autoridades españolas, Borrero trabajó como maestro sin sueldo y como librero encuadernador, y estudió Agrimensura y la carrera para Pericial de Aduana. En 1879, publicó junto a Enrique José Varona, los hermanos Sellén y otros importantes poetas, la selección poética Arpas amigas. Se graduó de licenciado en Medicina y Cirugía, y obtuvo por oposición la plaza de médico municipal de Puentes Grandes, donde residió durante algunos años. En esa localidad habanera, la casa de la familia Borrero se convirtió en un centro cultural importante, puesto que cada domingo, allí, se celebraban tertulias de poesía a las que asistían Julián del Casal, los hermanos Uhrbach y otras personalidades impulsoras del modernismo cubano.

Años más tarde, Borrero fue cofundador de la Sociedad de Estudios Clínicos y de la Sociedad Antropológica. En 1892, se trasladó a Nueva York para entrevistarse con algunos miembros de la Junta Revolucionaria. Luego del estallido de la Guerra del 95, se vio obligado a emigrar a los Estados Unidos, donde ejerció como farmacéutico, médico y maestro, y donde dirigió la Escuela del Club San Carlos, de los emigrados cubanos. En el exilio, fue nombrado delegado del Partido Revolucionario Cubano y ministro del gobierno de la República en Armas en Costa Rica y El Salvador.

Volvió a Cuba en 1902 y representó el Tercer Cuerpo del Ejército en la Asamblea de Libertadores. En el contexto de la República, Borrero se desempeñó como catedrático de Anatomía, de Psicología Pedagógica, Historia de la Pedagogía e Higiene Escolar en la Universidad de La Habana. Tuvo una función importante en la dirección de publicaciones científicas como Crónica Médico Quirúrgica de la Isla de Cuba, Boletín de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba y la Revista de Ciencias Médicas de La Habana.

Su autobiografía fue publicada, en 1906, en la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias de la Universidad de La Habana, de cuyo consejo de redacción formó parte. Dejó en preparación trabajos sobre medicina y pedagogía; e inéditos, entre otros, un tomo de poemas. Tradujo Las instituciones antropológicas, de Broca, y el Tratado de aritmética, de Wentworth.

Como figura de tránsito entre los siglos xix y xx, Esteban Borrero es, junto a José Martí, Ramón Meza y Julián del Casal, uno de los mejores antecedentes del cuento posterior que florecerá durante los años republicanos. La importancia de Borrero como narrador se debe a varios factores, entre ellos, el ser autor del primer libro de cuentos de la literatura cubana -Lectura de Pascuas (1899)-, en el que reunió historias que ya habían sido publicadas con anterioridad, acompañadas por ilustraciones de Juana y Dulce María Borrero, dos de sus hijas.

La narrativa de Esteban Borrero se caracterizó por su carácter reflexivo, escéptico y pesimista, donde abundan las indagaciones psicológicas, las evocaciones y los enfrentamientos de ideas con la finalidad de entender las conductas del género humano. Este interés, a su vez, lo llevó a recurrir a la sátira, así como a los elementos simbólicos y alegóricos. Así ocurre en Calófilo (1879), donde el personaje principal se debate entre la precariedad de su existencia y la búsqueda de las formas puras de la belleza, la verdad y el arte; o en la noveleta Aventura de las hormigas (1888-1891), una obra de debate en la que se critica la estupidez humana desde la perspectiva de una colonia de hormigas.

Sin dudas, la narración más conocida de Esteban Borrero es el cuento “El ciervo encantado” (1905), que constituye una alegoría histórica y, a la vez, una fábula satírico-política sobre la situación de Cuba, al iniciar el siglo xx, y, a la vez, el período republicano. La narración, que se desarrolla en una época prehistórica y una isla imaginaria, se convirtió en el primer relato de ficción cubano en abordar el tema de la injerencia de los Estados Unidos en los asuntos nacionales. Como ocurre en la narrativa de Borrero, en general, también este cuento se caracteriza por una estética naturalista con desbordantes explicaciones científicas, elucubraciones filosóficas, abundantes citas en latín y variada terminología médica, zoológica y físico-naturalista.

Interesado en la visualidad de sus libros, Esteban Borrero desarrolló proyectos en conjunto con su hija Dulce María Borrero, quien además de poeta era una destacada pintora e ilustradora. Así nació el libro Don Quijote poeta (1905), con obras de ambos. Además, Borrero se interesó por dedicarle libros de narrativa al público más joven, para quien publicó obras escolares como El amigo del niño (1906).

Ya en el ocaso de su vida, dos años antes de su setenta cumpleaños, decidió privarse de la vida el 29 de marzo de 1906, en San Diego de los Baños, provincia Pinar del Río. Sin embargo, por derecho propio, por ser un sobresaliente patriota y educador, médico y poeta, Esteban Borrero Echeverría se encuentra en la lista de los mejores hijos de Cuba.

Bibliografía activa

Poesías, Imp. La Económica, La Habana, 1878.

La vieja ortodoxia y la ciencia moderna (Discurso leído en el Ateneo de La Habana), Imp. Militar, La Habana, 1889.

Lectura de Pascuas. Una novelita. Machito Pichón. Cuestión de monedas, Imp. El Fígaro, La Habana, 1899.

Las Bellas Artes y su influencia social, Imp. Avisador Comercial, La Habana, 1900.

Alrededor del Quijote (Trabajos escritos con motivo del 3er centenario de la publicación de la obra maestra de Cervantes), Librería e Imprenta La Moderna Poesía, La Habana, 1905.

El ciervo encantado. Cuento prehistórico, Imp. El Avisador Comercial, La Habana, 1905.

Don Quijote, poeta. Narración cervantesca (Escrita con motivo del 3er centenario de la publicación de la obra maestra de Cervantes), Imp. La Moderna Poesía, La Habana, 1905.

El amigo del niño (Libro primero de lectura), Imp. La Moderna Poesía, La Habana, 1906.

Alma cubana, Imp. La Prueba, La Habana, 1916.




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