¿Cómo contarte quién fui, quién soy,
si el tiempo se escurre y tu voz callada
se funde en la brisa como un murmullo,
como un eco suave de luz apagada?
Paula, te escribo con manos temblando,
con tinta de madre, con miedo y con fe,
pues aunque tu cuerpo descanse en la sombra,
mi alma te llama, no quiere ceder.
Te cuento mi historia, la nuestra, la suya,
las voces que hicieron mi ser y mi piel,
los días de gloria, las noches desnudas,
las risas, las penas, el mundo cruel.
Isabel teje recuerdos y sangre,
amor que no muere, que sigue, que arde.
Paula es el libro que rompe fronteras,
diario y refugio, amor que no espera.
Más que palabras, es huella en el alma,
un grito, un rezo, un último abrazo,
porque el amor, aunque el cuerpo se vaya,
queda en las páginas como un lazo.