Entre paredes de un hogar perfecto,
llega Millie con su andar discreto.
Un puesto sencillo, un nuevo empezar,
pero hay sombras listas para acechar.
Los suelos relucen, las mesas brillan,
pero en los rincones secretos reptan.
Una esposa de gesto tan frío y cruel,
un esposo con máscaras en su piel.
Los días transcurren con tensa armonía,
pero el aire guarda su oscura melodía.
¿Qué oculta la casa tras su esplendor?
¿Qué esconde el silencio en su resplandor?
Millie nos lleva, en primera persona,
por laberintos que el miedo arrincona.
El giro nos toma sin previo aviso,
y el pulso se quiebra, veloz, impreciso.
McFadden susurra, desliza la duda,
teje un thriller con maestría aguda.
Cierras el libro y el eco resuena,
pues aún queda historia tras cada escena.