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Con sus pichones la codorniz a la sabana viene a dormir. Un perro ladra
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
Abrigando el arroyo la caña brava, chorros de finas hojas al aire lanza. ¡Qué musicales ramos,
Al mediodía, cristal el agua, cristal las hojas, cristal el día. Cristal, cristales,
Juana tejedora, téjeme un pañuelo para ir a la boda de don Pirulero. Dame, jardinero,
Cua cua, cantaba la rana, cua cua, debajo del agua. Pasó una paloma:
En Playa Larga, el uvero, como homenaje al valor de los niños artilleros, ya no florece en febrero: en abril abre la flor.
La Sierra Maestra ¡tan alta, tan grande! ¡tan brava, tan bella! De roca para el tirano; para el patriota, de miel.
En primavera, nidos y flores. En el verano, lo aguaceros. En el otoño, las hojas secas. Los aguinaldos en el invierno.
Jazmín diamela, jazmín de España, jasmín criollo, ¡Ixora blanca! Lirio amarillo,
En su casa de hojas despierta el pájaro porque, anunciado el día, se entona el gallo. Canta seguido,
Caperucita Roja, juega conmigo: yo seré un día lunes y tú domingo. Juega conmigo:
Nene, vanos a dormir; no son horas de reír: duerme el viento, duerme el sol, duermen las gallinas
La garcita campesina polainas de tierra y alitas de harina. Pañuelo al viento se ve la garza.
De la lunita nueva vuela una garza; tiene el cuello nevado, de azul las alas. Volando viene