David Espinoza

Vivir.

A mi yo del pasado, presente y futuro.

Se detiene el tiempo vacuo,
al sentir mi fiel suspiro.
Ha entrado, lento, el acto
de admirar lo que no es mío.
 
Hoy respiro, desafiando,
a Eolo, mi enemigo;
azir vuelo si arrebato
lo que por derecho es mío.
 
Siendo cauto, me sumerjo,
hacia el caos, el abismo;
¿qué tan malo es el tormento
de ahogarse en el vacío?
 
No lo niego, es plausible,
percatarse del no-vivo;
¿será acaso Fortunato
otro mártir del delirio?
 
Si no mato, no repongo;
el placer rehuye al niño.
No refuto, no me opongo,
eso nunca fue lo mío.
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