#Cubanos #Matanceros #Mujeres #SigloXX #SigloXXI
I Hugo Ania Mercier: yo te quería. A tu cuerpo de hombre agonizante que irradiaba dolor como un diaman… a tu paso que insiste todavía,
La nada pertenece a mi ternura. Digo la luz y vienen mariposas. Si yo supiera hacer alas hermosas Se las pondría siempre a la locura… Pero ¿qué vive aquí que no se cura…
Una mujer escribe este poema donde puede a cualquier hora de un… en el siglo de la avitaminosis y la cosmonáutica tristeza deseo no sabe qué
Apenas ya sobrevivo como quien vuelve a su canto sin razón, y es que me lates cautivo de un dolor grande que aguanto,
Yo le recuerdo aquí: donde me duel… el color que le trajo a mi esperan… y le recuerdo aquí porque soy tris… y ya no puedo echarme entre sus lá… ¿Qué corazón saldría de este insom…
Adiós, locura de mis treinta años, besado en julio bajo luna llena al tiempo de la herida y la azucen… Adiós, mi venda de taparme daños. Adiós, mi excusa, mi desorden bell…
No quiere que montes en un columpio ni en el delfín de los rebeldes; no quiere que vengas
Llevo un lirio fantástico, tremend… bello por fuera y por dentro malo. Me espanta con su sed. Lo doy, lo… a cualquiera que pase lo regalo. Que se vaya a crecer; alto, derech…
Errática, sin vino, profesional del fósforo, cuando tú haciendo un remolino de ilusiones,
¿Qué pido para vivir? Morir. ¿De qué muero sin dolor? De amor. ¿Y qué es amor para el ser?
Tus manos absolutas y mesiánicas que anoche me pasaron como un cuen… ignoran que hasta sirven de alimen… con sus pulpas viriles y volcánica… Tus manos tan distintas y oceánica…
Hombre que has ido a beber quizás el té en otra parte o doblado hacia el otoño eres ya punto intocable; hombre que fue aquella época
Era un dios nocturno cuando le encontré. Sin padre en la mesa, sin mesa tal vez. Yo le dije: espada,
Cuando se acaben estas noches en las que estoy sola y tú estás c… cuando se acaben estas cosas del destino, cuando se acabe
Yo no tengo tu modo de mirar a la… ni tu ademán dispuesto en flor sob… a mí me duelen las mariposas muert… y los atardeceres con familia mora… Pero tú, que eres triste como para…