Recogido por Esteban Peicovich en su libro "Borges, el palabrista"
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—Ésta—dijo Dunraven, con un vasto ademán que no rehusaba las nubladas estrellas y que abarcaba el negro páramo, el mar y un edificio majestuoso y decrépito que parecía una caballeriza v...
Dos hombres caminaron por la luna. Otros después. ¿Qué puede la pala… qué puede lo que el arte sueña y l… ante su real y casi irreal fortuna… Ebrios de horror divino y de avent…
Recordar a quien duerme es un acto común y cotidiano que podría hacernos temblar. Recordar a quien duerme es imponer a otro la interminable
Bajo la piedra yace el cuerpo de… Que fundó en estas islas el primer… De la estirpe de Odín Y sació el hambre de las águilas.
Carl Sandburg—acaso el primer poeta de Norteamérica y sin duda el más norteamericano—nació en Galesburg, estado de Illinois, el 6 de enero de 1878. Su padre era un herrero sueco, August...
3. Desdichado el pobre en espíritu… 4. Desdichado el que llora, porque… 5. Dichosos los que saben que el s… 6. No basta ser el último para ser… 7. Feliz el que no insiste en tene…
Ante la cal de una pared que nada nos veda imaginar como infinita un hombre se ha sentado y premedit… trazar con rigurosa pincelada en la blanca pared el mundo entero…
Quiero dejar escrita una confesión, que a un tiempo será íntima y general, ya que las cosas que le ocurren a un hombre les ocurren a todos. Estoy hablando de algo ya remoto y perdido, l...
Un hombre gris. La equívoca fortu… hizo que una mujer no lo quisiera; esa historia es la historia de cua… pero de cuantas hay bajo la luna es la que duele más. Habrá pensado
El que abraza a una mujer es Adán… Todo sucede por primera vez. He visto una cosa blanca en el cie… luna, pero qué puedo hacer con una… Los árboles me dan un poco de mied…
No podría definirme como ateo, porque declararme ateo corresponde a una certidumbre que no poseo. A fin de cuentas, el universo es tan extraño que todo es posible, hasta un Dios que es ...
Siempre lo cercó el mar de sus may… los sajones, que al mar dieron el… ruta de la ballena, en que se aúna… las dos enormes cosas, la ballena y los mares que largamente surca.
The useless dawn finds me in a des… Nights are proud waves; darkblue t… Nights have a habit of mysterious… The surge, that night, left me the… and odd ends: some hated friends t…
Las tardes que serán y las que han… son una sola, inconcebiblemente. Son un claro cristal, solo y dolie… inaccesible al tiempo y a su olvid… Son los espejos de esa tarde etern…
Las siete piezas de este libro no requieren mayor elucidación. La séptima (El jardín de senderos que se bifurcan) es policial; sus lectores asistirán a la ejecución y a todos los...