Arturo Borja Pérez

Poemas

(...)
 
Por el jardín de primavera
yerra una brisa suave...
(...Era su rubia cabellera
como el ala de un ave
que fuese una quimera...)
 
Se han deshojado los rosales
mustios y fatigados
(...Oh sus manos liliales
cuyos dedos cansados
deshojan los males...)
 
* * *
 
Y dijeron las hadas: “Tus dorados cabellos
serán aúreo manojo del celeste trigal;
en tus ojos pondremos zafirinos destellos,
en tus ojos azules tendrás todo el Ideal.”
 
* * *
 
La brisa viene leve y nemorosa
rizando el agua muerta del pantano
y un surtidor romántico y lejano
desata una elegía dolorosa.
 
Se deja oír fugaz, medio borrosa
la nostalgia quimérica de un piano
que despereza en su reír profundo
la silenciosa fronda luminosa.
 
* * *
 
Tu alma es como un gran lago de piedad
en el que ha de naufragar mi soledad.
 
Tu mirada de pasión y caridad,
tu mirada es mi única verdad;
 
es la lámpara que alumbra con amor
lo más negro de mi sótano interior.
 
* * *
 
Blancas noches de amarguras
y de recuerdos... Callada
noche que añoras las puras
noches con la bien amada.
 
Ella estará lejos. Ella
estará, tal vez, mirando
a la cristalina estrella
que mirábamos llorando.
 
¡Qué no diera, qué no diera
yo por saber si ella piensa,
mirándome, en la quimera
de nuestra pasión intensa!
(...)
 
* * *
 
Después de haber leído aquellos versos
clarísimos y puros
como el cristal sonoro de una fuente,
pensé: si yo pudiera
abandonar las complicadas sendas,
dejar la engañadora florescencia
de los invernaderos angostados,
hacer canciones buenas,
escuchar con unción la sinfonía
interior... Regresar a nuestra casa
blanca que en el sendero nos aguarda
con las puertas abiertas
y con la mesa puesta—manteles albos,
pan sin levadura—
y sentir al entrar una caricia
blanda con la mirada de la hermana
que siempre nos espera,
llenos los labios de perdón y el alma
propicia siempre a derramar ternura.
 
* * *
 
La tarde está de paz. Ha llovido. Yo siento
que me ahoga una dulce esperanza abrileña.
Hay en mis ojos humedad de sentimiento
de llanto, y en mi alma una música sueña...
 
Es una música aérea, llena de tu recuerdo
una música suave y tierna que me canta
que estás en mí y por mí, que sin tus labios pierdo
mi primavera buena, mi primavera santa.
 
Mi soledad y tu recuerdo, ¡oh, qué dulzura!,
¡sentir lejanamente, sentir muy vagamente
una caricia lánguida deshecha de ternura
que del alma a los ojos sube constantemente!
 
* * *
 
La palidez lluviosa
de la mañana gris...
La lluvia silenciosa
sobre la pena gris...
Frío... Monotonía
de la lluvia sin fin.
Frío... Melancolía
paralítica y ruin.
El tedio de la hora
bosteza en el verdín
de la fuente que llora
paralítica y ruin.
Entre su cárcel yerta
bosteza el corazón.
Le han cerrado la puerta
para toda ilusión.
La fronda que decora
verdinegra el jardín
teme, suspira y llora
la fronda del jardín.
 
* * *
 
Primaveral princesa,
flor fragante y gentil;
promesa
para el príncipe Abril–
 
Que todas las canciones
engarcen en tu loor
los sones
más dulces del amor.
 
Que las más blancas rosas
y que los lirios den
gloriosas
coronas a tu sién.
 
Y que todas las Hadas
deshojen en tu honor
rosadas
ilusiones en flor.
 
Celeste prometida
de un sueño virginal,
tu vida
se enflorece de Ideal.

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