RAMONA
Esta gata de facha inaccesible
se sale con la suya, caprichosa,
dejándome en suspenso
emotivos y dulces galanteos.
Esta gata, airosa e inmutable,
domina en su arrogancia
el centro de un misterio
que solo ella descifra en su vigilia,
pero atesora siempre en su modorra.
Prolonga con su elástico paso
la distancia y el tiempo a su acomodo
y vuelve y se apoltrona entre el pelaje
a rumiar el desliz de nuestra convivencia.
¿Entiende acaso de amores y rencores
esta félida amiga,
resbalando su cuerpo entre mis piernas
con el deleite de su ronroneo;
mientras con su bufido me intimida
si mi mano anticipa una caricia
buscando redención en la pandemia?