SEDIENTOS DE DULZURA
Contra la omisión del temor
en qué quedamos,
tenemos que levantarnos
para demostrar que existimos
y hacer valer lo que tenemos.
Con toda la forma de hacernos cada vez más presente,
cabe porque siempre vivimos sedientos de dulzura,
que tenemos un lugar
para dar lo que sentimos,
pero la maldad de mucha gente
nos envuelve, es preciso tener cuidado con el corazón,
para que no sufra.